El exceso de rociado que queda se puede reciclar fácilmente, minimizando la cantidad de COV (compuestos orgánicos volátiles) emitidos al aire. Esto, a su vez, ayuda con el cumplimiento de las normas y regulaciones ambientales.
El recubrimiento en polvo es muy versátil ya que se puede utilizar en una amplia gama de metales. Es altamente resistente a rayones, decoloración y desgaste, por lo que sus componentes lucirán nuevos por más tiempo.
El proceso de aplicación y curado crea un acabado de calidad diferente a cualquier otra pintura. También es extremadamente duradero, lo que lo hace resistente a los daños causados por la humedad, los productos químicos, los impactos y las condiciones climáticas extremas.
Además, es más fácil de mantener que otros métodos de pintura. No requiere limpiadores especializados y se puede quitar fácilmente de la piel sin el uso de disolventes nocivos. El exceso de energía no contaminado también se puede recuperar y reutilizar, lo que reduce el desperdicio. También lleva menos tiempo aplicar, curar y secar que la pintura líquida. Esto lo convierte en una excelente opción para proyectos con plazos de entrega ajustados.
El recubrimiento en polvo es un acabado duradero que resiste astillas, rayones y decoloración. Resiste condiciones climáticas extremas y es perfecto para aplicaciones en exteriores como tractores, remolques, vehículos y puertas.
A diferencia de las pinturas en aerosol, que requieren extensos procedimientos de seguridad y limpieza, el recubrimiento en polvo seco no requiere solventes. Como resultado, se minimiza la exposición de los trabajadores y se reducen los problemas de limpieza y la contaminación de la ropa.

Recubrimiento en polvo También es seguro utilizarlo en sustratos únicos como tableros de fibra de densidad media, pultrusiones y vidrio. Además, se han desarrollado productos de curado a baja temperatura para adaptarse a superficies sensibles al calor.
El recubrimiento en polvo no contiene los solventes dañinos que se encuentran en la pintura líquida, lo que hace que trabajar con él sea mucho más seguro y limpio. Esto también reduce las emisiones que pueden causar daño a personas, animales y plantas.
El proceso de aplicación electrostática crea un acabado duradero resistente a astillas, rayones, decoloración y desgaste. Esto significa que sus productos metálicos lucirán geniales durante muchos años.
El proceso de recubrimiento en polvo también hace que el producto terminado sea fácil de mantener a largo plazo. No requiere limpiadores ni disolventes especiales y se puede limpiar fácilmente con un paño húmedo o una esponja. En la mayoría de los casos, todo lo que se necesita es limpiar las piezas varias veces al año para mantenerlas limpias y funcionales. Esto ahorra tiempo y dinero a largo plazo.
El recubrimiento en polvo se puede utilizar como acabado funcional (protector) y decorativo. Está disponible en combinaciones de colores prácticamente ilimitadas y en diversas texturas de superficie.
A diferencia de las pinturas líquidas, las capas en polvo conservan su color por mucho más tiempo y no se desvanecen debido a la humedad, el calor o los rayos ultravioleta. Debido a esto, los recubrimientos en polvo pueden resistir condiciones extremas y condiciones climáticas adversas.
El recubrimiento en polvo también tiene una apariencia más consistente que las pinturas en aerosol. El recubrimiento en polvo se puede aplicar con una capa más espesa, por lo que produce superficies lisas sin goteos ni hundimientos. Además, las capas en polvo son resistentes a la tiza, que es cuando las resinas se descomponen en la pintura y dejan una textura áspera similar a la piel de una naranja. Esto ayuda a evitar que se pele, se raye y se decolore. Esto lo convierte en una mejor opción para productos como equipos de juegos infantiles, surtidores de gasolina, extintores de incendios y más.